Mayo- 2023
Santiago 5:8-9
"¿Sabes que Jesús va a volver?"
Santiago ahora le pide a sus lectores que se animen los unos a los otros, pues el Señor Jesucristo va a regresar. Esta noticia debe de cambiar nuestra manera de actuar, pues el juez ya viene.
“Ustedes también deben ser pacientes. Anímense, porque la venida del Señor está cerca. Hermanos, no se quejen unos de otros, o serán juzgados. ¡Pues miren, el Juez ya está a la puerta!” (Santiago 5:8-9, NTV).
Santiago 5:7
"Esperen el regreso del Señor pacientemente"
Santiago les recuerda a sus lectores que deben de esperar el regreso del Señor Jesucristo. Para los cristianos del primer siglo, tal vez, Jesús parecía haber ya tomado mucho tiempo en volver. Por eso Santiago los anima a esperar pacientemente.
“Amados hermanos, tengan paciencia mientras esperan el regreso del Señor. Piensen en los agricultores, que con paciencia esperan las lluvias en el otoño y la primavera. Con ansias esperan a que maduren los preciosos cultivos”, (Santiago 5:7, NTV).
Santiago 5:4-6
"Los ricos injustos"
Santiago ahora explica que tipo de riquezas son las que no son bien vistas por Dios. Estas personas ricas explotaban a otros y confiaban en sus riquezas en vez de en Dios.
“Así que ¡escuchen! Oigan las protestas de los obreros del campo a quienes estafaron con el salario. Los reclamos de quienes les cosechan sus campos han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos Celestiales. Sus años sobre la tierra los han pasado con lujos, satisfaciendo todos y cada uno de sus deseos. Se han dejado engordar para el día de la matanza. Han condenado y matado a personas inocentes,[a] que no ponían resistencia” (Santiago 5:4-6, NTV).
Santiago 5:1-3
"Sus riquezas testificarán contra ellos"
Ahora Santiago habla a aquellos que confían en sus riquezas y no actúan de acuerdo a la voluntad de Dios, sino más bien, confían en sus riquezas.
“Presten atención, ustedes los ricos: lloren y giman con angustia por todas las calamidades que les esperan. Su riqueza se está pudriendo, y su ropa fina son trapos carcomidos por polillas. Su oro y plata se han corroído. Las mismas riquezas con las que contaban les consumirán la carne como lo hace el fuego. El tesoro corroído que han amontonado testificará contra ustedes el día del juicio”, (Santiago 5:1-3, NTV)
“ ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros”, (Santiago 5:1-3, RV60).
Santiago 4:17
"El pecado de omisión"
Muchos relacionan el pecado con acciones que se realizan, pero también, el omitir hacer algo, cuando sabemos que es algo bueno y que debemos de hacerlo, es pecado. Muchos le llaman el pecado de omisión.
“Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo”, (Santiago 4:17, NTV).
“ y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17, RV60).
Santiago 4:15-16
"Si el Señor quiere"
Santiago nos enseña como todo ser humano debería de expresar sus planes y su dependencia de Dios, para no ser pretenciosos, sino respetuosos de la soberanía de nuestro padre celestial.
“Lo que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». De lo contrario, están haciendo alarde de sus propios planes pretenciosos, y semejante jactancia es maligna”, (Santiago 4:15-16, NTV).
Santiago 4:14
"La brevedad de la vida"
Santiago sigue explicando porque no debemos de ser arrogantes. Para eso, explica lo breve que es nuestra vida aquí en la tierra. Este es un tema que se habla a través de la Biblia.
“¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma”, (Santiago 4:14, NTV).
Santiago 4:13
"El futuro es incierto"
Santiago habla ahora a sus lectores de la arrogancia, que muchas veces como seres humanos, tenemos al pensar que nuestro futuro está seguro.
“Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero» “, (Santiago 4:13, NTV).
“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos” (Santiago 4:13, RV60).
Santiago 4:12
"Solo Dios es juez"
Santiago continúa explicando porque nosotros no debemos de ser jueces de los demás. No olvidemos que hay una diferencia entre ser heraldos o mensajeros y jueces. El heraldo lleva el mensaje de su señor, no su propio mensaje.
“Solo Dios, quien ha dado la ley, es el Juez. Solamente él tiene el poder para salvar o destruir. Entonces, ¿qué derecho tienes tú para juzgar a tu prójimo?” (Santiago 4:12, NTV).
“Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?”, (Santiago 4:12, RV60).
Santiago 4:11
"No se critiquen"
Dios no quiere que nos convirtamos en jueces, juzgando a los demás según nuestra propia opinión. Pero sí somos mensajeros, heraldos de Dios y debemos de hablar cuando el nombre del Señor es deshonrado.
“Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces” (Santiago 4:11, NTV).
Santiago 4:9-10
"Y él los levantará con honor"
Siempre que hay un verdadero arrepentimiento, Dios está dispuesto a limpiarnos y a levantarnos. La humildad delante de Dios resulta en que él nos restaure y nos regrese a nuestra comunión con él.
“Derramen lágrimas por lo que han hecho. Que haya lamento y profundo dolor. Que haya llanto en lugar de risa y tristeza en lugar de alegría. Humíllense delante del Señor, y él los levantará con honor”, (Santiago 4:9-10)
Santiago 4:7-8
"Humillados delante de Dios"
Santiago ya les dijo a sus lectores que Dios da gracia a aquellos que son humildes, por eso ahora los anima a ser humildes delante de Dios y a resistir al diablo y sus mentiras.
“Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo”, (Santiago 4:7-8, NTV).
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”, (Santiago 4:7-8, RV60).
Santiago 4:5-6
"Dios da gracia a los humildes"
Hay un contraste claro en el comportamiento de Dios a favor de una persona orgullosa y una persona humilde. Dios quiere que le seamos fieles y sigamos con humildad su voluntad.
“¿Acaso piensan que las Escrituras no significan nada? Ellas dicen que Dios desea fervientemente que el espíritu que puso dentro de nosotros le sea fiel. Y él da gracia con generosidad. Como dicen las Escrituras: «Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes»” (Santiago 4:5-6, NTV).
“¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”, (Santiago 4:5-6, RV60).
Santiago 4:4
"La amistad con el mundo"
Muchas personas no se dan cuenta que seguir los preceptos de este mundo los pone en una situación desagradable delante de Dios. No se puede estar bien con Dios mientras de quiere estar bien con el mundo.
“¡Adúlteros! ¿No se dan cuenta de que la amistad con el mundo los convierte en enemigos de Dios? Lo repito: si alguien quiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios”, (Santiago 4:4, NTV).
“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”, (Santiago 4:4, RV60).
Santiago 4:2-3
"Luchan por envidia"
Santiago explica ahora que, muchas luchas son por las envidias de sus lectores. Ellos tratan de conseguir muchas cosas y por eso llegan a cometer actos que desagradan a Dios. Y aún cuando le piden a Dios esas cosas, lo piden por las razones incorrectas.
“ Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer” (Santiago 4:2-3, NTV).
“Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:2-3, RV60).
Santiago 4:1
"¿Qué causa los pleitos?"
Santiago ahora hace una pregunta muy interesante, él le pregunta a sus lectores cual es la raíz de los pleitos, y les da la respuesta a manera de pregunta.
“¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?” (Santiago 4:1, RV60).
“¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior?” (Santiago 4:1, NTV)
Santiago 3:18
"Procura la paz"
En este versículo se nos enseña que pasa con aquellos que procuran la paz. Es más sabio y fructífero procurar la paz con todos.
“Y los que procuran la paz sembrarán semillas de paz y recogerán una cosecha de justicia”, (Santiago 3:18, NTV).
Santiago 3:17
"La sabiduría del cielo"
Hay una clara comparación entre la sabiduría del mundo, la humana, y la sabiduría que viene del cielo, la sabiduría de Dios.
“Sin embargo, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y del fruto de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera” (Santiago 3:17, NTV).
Santiago 3:16
"Las consecuencias de la sabiduría del mundo"
Seguir la sabiduría de este mundo, la sabiduría natural del hombre sin Dios, trae consecuencias muy destructivas. Viendo los resultados de la sabiduría que aplicamos en nuestras vidas, vamos a saber si estamos usando de la sabiduría de Dios o de la sabiduría del mundo.
“Pues, donde hay envidias y ambiciones egoístas, también habrá desorden y toda clase de maldad”, (Santiago 3:16, NTV).
Santiago 3:15
"No son parte de la sabiduría de Dios"
Santiago ahora compara la sabiduría de Dios con la sabiduría de este mundo.
“Pues la envidia y el egoísmo no forman parte de la sabiduría que proviene de Dios. Dichas cosas son terrenales, puramente humanas y demoníacas”, (Santiago 3:15, NTV).
“ porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica”, (Santiago 3:15, RV60).
Santiago 3:14
"No tengas envidias amargas"
Santiago ahora hace un contraste entre los que son sabios y conocen la palabra de Dios y aquellos que tienen envidias amargas en el corazón.
“pero si tienen envidias amargas y ambiciones egoístas en el corazón, no encubran la verdad con jactancias y mentiras” (Santiago 3:14, NTV).
Santiago 3:13
"Demuestren su sabiduría"
Santiago ahora pide a sus lectores que demuestren la sabiduría, si es que entienden los caminos de Dios, es decir, si es que son salvos.
“Si ustedes son sabios y entienden los caminos de Dios, demuéstrenlo viviendo una vida honesta y haciendo buenas acciones con la humildad que proviene de la sabiduría”, (Santiago 3:13, NTV).
Santiago 3:9-12
"No debe ser así"
Santiago nos dice ahora que no debe de ser que de un creyente salgan palabras que no agradan a Dios, cuando del creyente deben de salir palabras que agradan a Dios.
“Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce”, (Santiago 3:9-12, RV60).
“ A veces alaba a nuestro Señor y Padre, y otras veces maldice a quienes Dios creó a su propia imagen. Y así, la bendición y la maldición salen de la misma boca. Sin duda, hermanos míos, ¡eso no está bien! ¿Acaso puede brotar de un mismo manantial agua dulce y agua amarga? ¿Acaso una higuera puede dar aceitunas o una vid, higos? No, como tampoco puede uno sacar agua dulce de un manantial salado”, (Santiago 3:9-12, NTV).
Santiago 3:7-8
"¿Se puede domar la lengua?"
Santiago ha establecido que la lengua es muy peligrosa, y ahora nos revela que aunque el hombre ha podido dominar muchas cosas, no puede por si solo dominar su lengua.
“ El ser humano puede domar toda clase de animales, aves, reptiles y peces, pero nadie puede domar la lengua. Es maligna e incansable, llena de veneno mortal”, (Santiago 3:7-8, NTV).
Santiago 3:5-6
"El peligro de la lengua"
Santiago ahora habla del poder y del peligro de la lengua. No es que todo lo que sale de nuestra boca es malo, pero por esa razón hay que estar conscientes del poder de la lengua.
“De la misma manera, la lengua es algo pequeño que pronuncia grandes discursos. Así también una sola chispa puede incendiar todo un bosque. De todas las partes del cuerpo, la lengua es una llama de fuego. Es un mundo entero de maldad que corrompe todo el cuerpo. Puede incendiar toda la vida, porque el infierno mismo la enciende”, (Santiago 3:5-6, NTV).
Santiago 3:3-4
"Algo pequeño y poderoso"
Santiago procede a explicar que hay cosas pequeñas que tienen gran poder, y pueden manipular cosas u objetos más grandes.
“Podemos hacer que un caballo vaya adonde queramos si le ponemos un pequeño freno en la boca. También un pequeño timón hace que un enorme barco gire adonde desee el capitán, por fuertes que sean los vientos”, (Santiago 3:3-4, NTV).
Santiago 3:2
"Debemos dominar la lengua"
Después de hablar a los maestros y de como ellos van a ser juzgados más duramente, ahora Santiago habla a todos, y les habla de que se debe de dominar la lengua.
“Es cierto que todos cometemos muchos errores. Pues, si pudiéramos dominar la lengua, seríamos perfectos, capaces de controlarnos en todo sentido” (Santiago 3:2, NTV).