En esta segunda carta vemos a Pablo recordando a los Tesalonicenses que ellos pertenecen a Dios. También Pablo expresa su agradecimiento a Dios por el crecimiento y amor de los hermanos en Tesalónica.
“Nosotros, Pablo, Silas y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios nuestro Padre y al Señor Jesucristo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz. Amados hermanos, no podemos más que agradecerle a Dios por ustedes, porque su fe está floreciendo, y el amor de unos por otros, creciendo”, (2 Tes. 1:1-3).