Marzo - 2024

Gálatas 3:3-5
"Es por el Espíritu Santo"

Pablo les sigue preguntando a los Gálatas cómo es posible que piensen que la ley es la que los puede perfeccionar y les recuerda que es por el Evangelio y el Espíritu Santo que han vivido cosas maravillosas en Cristo.

“¿Será posible que sean tan tontos? Después de haber comenzado su nueva vida en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos? ¿Acaso han pasado por tantas experiencias en vano? ¡No puede ser que no les hayan servido para nada! Vuelvo a preguntarles: ¿acaso Dios les da al Espíritu Santo y hace milagros entre ustedes porque obedecen la ley? ¡Por supuesto que no! Es porque creen el mensaje que oyeron acerca de Cristo”, (Gálatas 3:3-5, NTV).

“¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?  ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano.  Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?”, (Gálatas 3:3-5, RV60).

1 Pedro 3:9-12
"No paguen mal por mal"

Pedro ahora da a todos los creyentes unas instrucciones prácticas para mostrar un carácter cristiano y así también llevar una vida bendecida y en comunión con el Padre.

“No paguen mal por mal. No respondan con insultos cuando la gente los insulte. Por el contrario, contesten con una bendición. A esto los ha llamado Dios, y él les concederá su bendición.  Pues las Escrituras dicen: «Si quieres disfrutar de la vida y ver muchos días felices, refrena tu lengua de hablar el mal y tus labios de decir mentiras. Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate por mantenerla. Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo»”, (1 Pedro 3:9-12, NTV).

“no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal”, (1 Pedro 3:9-12 RV60).

1 Pedro 3:8
"Sean de un mismo parecer"

Ahora Pedro se dirige a todos los creyentes y les pide que todos deben de ser amables, de buen corazón y humildes.

“Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde”, (1 Pedro 3:8, NTV)

“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables”, (1 Pedro 3:8, RV60

1 Pedro 3:7
"Honren a sus esposas"

Después de dar instrucciones a las esposas, ahora Pedro le habla a los esposos creyentes y les pide que honren a sus esposas y vivan sabiamente con ellas.

“De la misma manera, ustedes maridos, tienen que honrar a sus esposas. Cada uno viva con su esposa y trátela con entendimiento. Ella podrá ser más débil, pero participa por igual del regalo de la nueva vida que Dios les ha dado. Trátenla como es debido, para que nada estorbe las oraciones de ustedes”, (1 Pedro 3:7, NTV).

“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”, (1 Pedro 3:7, RV60).

1 Pedro 3:5-6
"Así como Sara"

Pedro le sigue hablando a las esposas y les da un ejemplo de las mujeres del pasado que trataron de agradar a Dios.

“Así es como lucían hermosas las santas mujeres de la antigüedad. Ellas ponían su confianza en Dios y aceptaban la autoridad de sus maridos. Por ejemplo, Sara obedecía a su esposo, Abraham, y lo llamaba «señor». Ustedes son sus hijas cuando hacen lo correcto sin temor a lo que sus esposos pudieran hacer”, (1 Pedro 3:5-6, NTV).

“Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;  como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza”, (1 Pedro 3:5-6, RV60).

1 Pedro 3:3-4
"Belleza interior"

Ahora Pedro le habla a las mujeres y las anima a no enfocarse tanto en la belleza física y que entiendan el valor de la belleza espiritual.

“No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios”, (1 Pedro 3:3-4, NTV).

“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,  sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”, (1 Pedro 3:3-4, RV60).

1 Pedro 3:1-2
"Un testimonio sin palabras"

Ahora Pedro habla a las esposas y les da instrucciones para que a través de su testimonio puedan sus esposos conocer de Dios.

“De la misma manera, ustedes esposas, tienen que aceptar la autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando alguno de ellos se niegue a obedecer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán ganados  al observar la vida pura y la conducta respetuosa de ustedes”, (1 Pedro 3:1-2, NTV).

“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,  considerando vuestra conducta casta y respetuosa”, (1 Pedro 3:1-2, RV60).

1 Pedro 2:25
"Eran como ovejas descarriadas"

Pedro usa una ilustración para ayudar a sus lectores a entender su situación espiritual antes de conocer a Cristo y la que tienen ahora que ya conocen a Cristo.

“Antes eran como ovejas que andaban descarriadas. Pero ahora han vuelto a su Pastor, al Guardián de sus almas”, (1 Pedro 2:25, NTV).

 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”, (1 Pedro 2:25, RV60).

1 Pedro 2:24
"Jesús cargó nuestros pecados en la cruz"

Naturalmente el ser humano no puede hacerlo bueno, por eso Pedro explica que es a causa del sacrificio de Cristo en la cruz que nosotros, los que hemos creído en él, podemos hacer lo bueno.

“Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz, para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo que es recto. Por sus heridas, ustedes son sanados”, (1 Pedro 2:24, NTV).

“quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”, (1 Pedro 2:24, RV60).

1 Pedro 2:22-23
"Jesús nunca pecó"

Pedro les recuerda a sus lectores que Jesús nunca pecó. El nunca mintió y mostró un carácter apacible, aún en circunstancias en las que otros podríamos haber buscando venganza.

“Él nunca pecó y jamás engañó a nadie. No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia”, (1 Pedro 2:22-23, NTV).

“el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”, (1 Pedro 2:22-23, RV60).

1 Pedro 2:20-21
"Debemos de seguir sus pisadas"

No hay merito, para ningún Cristiano, si es maltratado por hacer lo malo. Más bien, todo creyente debe de seguir las pisadas de Cristo, quien sufrió por hacer la voluntad del Padre.

 Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal, pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes. Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos”, (1 Pedro 2:20-21, NTV).

“Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas”, (1 Pedro 2:20-21, RV60).

1 Pedro 2:18-19
"Maltratados a causa de su fe"

Pedro habla ahora a los esclavos. Ellos deben de tratar bien a sus amos, aunque  esos amos sean injustos y los maltraten a causa de su fe.

“Ustedes, los que son esclavos, deben someterse a sus amos con todo respeto. Hagan lo que ellos les ordenan, no solo si son bondadosos y razonables, sino también si son crueles. Pues Dios se complace cuando ustedes, siendo conscientes de su voluntad, sufren con paciencia cuando reciben un trato injusto”, (1 Pedro 2:18-19, NTV).

“Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente”, (1 Pedro 2:18-19, RV60).

1 Pedro 2:15-17
"Un testimonio honorable en todos lados"

La voluntad de Dios para todo creyente es muy clara en las escrituras. Esto aplica para creyentes en todo el mundo y en toda situación.

“La voluntad de Dios es que la vida honorable de ustedes haga callar a la gente ignorante que los acusa sin fundamento alguno. Pues ustedes son libres, pero a la vez, son esclavos de Dios, así que no usen su libertad como una excusa para hacer el mal. Respeten a todos y amen a la familia de creyentes.Teman a Dios y respeten al rey”, (1 Pedro 2:15-17, NTV). 

“Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey”, (1 Pedro 2:15-17, RV60).

1 Pedro 2:13-14
"Sométanse por amor a Dios"

Los creyentes de los tiempos de Pedro, huían del peligro, pero Pedro les pide que se sometan a toda autoridad, por amor a Dios.

“Por amor al Señor, sométanse a toda autoridad humana, ya sea al rey como jefe de Estado o a los funcionarios que él ha nombrado. Pues a ellos el rey los ha mandado a que castiguen a aquellos que hacen el mal y a que honren a los que hacen el bien”, (1 Pedro 2:13-14, NTV).

“Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien”, (1 Pedro 2:13-14, RV60).

1 Pedro 2:11-12
"Como a extranjeros y peregrinos"

Pedro ahora apela a la realidad de que los creyentes a los que escribe son extranjeros y residentes temporales, no de la nueva nación a la que dejaron, sino de este mundo.

“Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma. Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo”, (1 Pedro 2:11-12, NTV).

“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras”, (1 Pedro 2:11-12, RV60).

1 Pedro 2:9-10
"Ustedes no son así"

Los creyentes deben recordar que ya no son iguales que aquellos  que no conocen a Cristo.

“Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa. «Antes no tenían identidad como pueblo, ahora son pueblo de Dios. Antes no recibieron misericordia, ahora han recibido la misericordia de Dios»”, (1 Pedro 2:9-10, NTV).

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia”, (1 Pedro 2:9-10, RV60)

1 Pedro 2:7-8
"Los que creyeron en él y los que no"

Ahora, Pedro hace una comparación entre los que confían en Cristo y entre los que no, y como eso es de beneficio o de perjuicio.

“Así es, ustedes, los que confían en él, reconocen la honra que Dios le ha dado; pero para aquellos que lo rechazan, «La piedra que los constructores rechazaron ahora se ha convertido en la piedra principal». Además, «Él es la piedra que hace tropezar a muchos, la roca que los hace caer». Tropiezan porque no obedecen la palabra de Dios y por eso se enfrentan con el destino que les fue preparado”, (1 Pedro 2:7-8, NTV).

“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados”, (1 Pedro 2:7-8, RV60).

1 Pedro 2:4-6
"Los cimientos que nos sostienen"

Pedro les habla a los creyentes en persecución del hecho de que Jesús es la piedra principal de un nuevo templo, con nuevo sacerdocio.

“Ahora ustedes se acercan a Cristo, quien es la piedra viva principal del templo de Dios. La gente lo rechazó, pero Dios lo eligió para darle gran honra. Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. Además, son sacerdotes santos. Por la mediación de Jesucristo, ustedes ofrecen sacrificios espirituales que agradan a Dios. Como dicen las Escrituras: «Pongo en Jerusalén una piedra principal, elegida para gran honra, y todo el que confíe en él jamás será avergonzado»”, (1 Pedro 2:4-6, NTV).

“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado”, (1 Pedro 2:4-6, RV60).

1 Pedro 2:1-3
"No hay excusas..."

Los creyentes en persecución, Pedro les dice, no tienen excusa para vivir una vida desordenada como la vivían antes de conocer a Cristo.

“Por lo tanto, desháganse de toda mala conducta. Acaben con todo engaño, hipocresía, celos y toda clase de comentarios hirientes. Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo ahora que han probado la bondad del Señor”, (1 Pedro 2:1-3, NTV).

“Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor”, (1 Pedro 2:1-3, RV60). 

1 Pedro 1:24-25
"Una palabra eterna y viviente"

Ahora, Pedro menciona como la vida del hombre es fugaz, efímera, pero la palabra de Dios permanece para siempre.

“Como dicen las Escrituras: «Los seres humanos son como la hierba, su belleza es como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se marchita. Pero la palabra del Señor permanece para siempre». Y esta palabra es el mensaje de la Buena Noticia que se les ha predicado”, (1 Pedro 1:24-25, NTV).

“Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada”, (1 Pedro, 1:24-25, RV60).

1 Pedro 1:21-23
"Una acción con reacción"

Pedro les recuerda a sus oyentes que, por haber conocido a Cristo también conocieron a Dios, y por eso su vida es nueva y diferente a la que vivieron anteriormente.

 Por medio de Cristo, han llegado a confiar en Dios. Y han puesto su fe y su esperanza en Dios, porque él levantó a Cristo de los muertos y le dio una gloria inmensa. Al obedecer la verdad, ustedes quedaron limpios de sus pecados, por eso ahora tienen que amarse unos a otros como hermanos, con amor sincero. Ámense profundamente de todo corazón. Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios”, (1 Pedro 1:21-23, NTV).

“y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”, (1 Pedro 1:21-23, RV60). 

1 Pedro 1:18-20
"Restacados de una vida vacía"

“Una verdad que todo creyente debe de tener en mente, es que hemos sido recatados de una vida vacía y sin propósito. Pedro se encarga de recordarles a sus lectores tal verdad.

“Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. No fue pagado con oro ni plata, los cuales pierden su valor, sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha. Dios lo eligió como el rescate por ustedes mucho antes de que comenzara el mundo, pero ahora en estos últimos días él ha sido revelado por el bien de ustedes”, (1 Pedro 1:18-20, NTV).

“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros”, (1 Pedro 1:18-20, RV60).

1 Pedro 1:17
"Dios no tiene favoritos"

“Pedro les recuerda a sus lectores que Dios no hace acepción de personas cuando oramos. En otras palabras, de entre sus hijos, Dios no tienen favoritos.

“Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales»”, (1 Pedro 1:17, NTV).

 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación”, (1 Pedro 1:17, RV60).

1 Pedro 1:14-16
"Seamos santos como Dios"

Pedro ahora le pide a los creyentes que no vuelvan atrás, sino que busquen la santidad de Dios en sus vidas. Dios nos pide, como le pidió al pueblo de Israel, que  sean santos.

“Por lo tanto, vivan como hijos obedientes de Dios. No vuelvan atrás, a su vieja manera de vivir, con el fin de satisfacer sus propios deseos. Antes lo hacían por ignorancia,  pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo.  Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo»”, (1 Pedro 1:14-16, NTV).

 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;  sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”, (1 Pedro 1:14-16, RV60).

1 Pedro 1:12-13
"Ejercitando el dominio propio"

Pedro alienta a los creyentes que están en una persecución muy dura, a mantenerse puros hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.

“Se les dijo que los mensajes que habían recibido no eran para ellos sino para ustedes. Y ahora esta Buena Noticia les fue anunciada a ustedes por medio de aquellos que la predicaron con el poder del Espíritu Santo, enviado del cielo. Todo es tan maravilloso que aun los ángeles observan con gran expectación cómo suceden estas cosas. Así que preparen su mente para actuar y ejerciten el control propio. Pongan toda su esperanza en la salvación inmerecida que recibirán cuando Jesucristo sea revelado al mundo”, (1 Pedro 1:12-13, NTV).

“A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles. Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”, (1 Pedro 1:12-13, RV60).

1 Pedro 1:10-12
"Gracia preparada de antemano"

La gracia de Dios no fue algo de último momento. Dios se preparó y hasta anunció su gracia para los hombres a través de los profetas del Antiguo Testamento. Esta gracia, o regalo inmerecido, incluía el sufrimiento de Cristo.

“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.  A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”, (1 Pedro 1:10-12, RV60).

“Incluso los profetas quisieron saber más cuando profetizaron acerca de esta salvación inmerecida que estaba preparada para ustedes.  Se preguntaban a qué tiempo y en qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les dijo de antemano sobre los sufrimientos de Cristo y de la inmensa gloria que después vendría. Se les dijo que los mensajes que habían recibido no eran para ellos sino para ustedes. Y ahora esta Buena Noticia les fue anunciada a ustedes por medio de aquellos que la predicaron con el poder del Espíritu Santo, enviado del cielo. Todo es tan maravilloso que aun los ángeles observan con gran expectación cómo suceden estas cosas”, (1 Pedro 1:10-12, NTV).

1 Pedro 1:8-9
"Amamos sin haberlo visto"

Los creyentes estaban siendo perseguidos en los tiempos de esta carta, por servir y amar a alguien que nunca habían visto. Es importante, porque Pedro si vio a Jesús.

“Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible.  La recompensa por confiar en él será la salvación de sus almas”, (1 Pedro 1:8-9, NTV)

“a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”, (1 Pedro 1:8-9, RV60).