Octubre - 2023

1 Reyes 3:5
"¿Qué es lo que más quieres que te de?"

Si Dios te preguntara, ¿qué es lo que más quieres que te de? ¿Cuál sería tu respuesta?
Esta pregunta puede revelar lo que en nuestro corazón es lo más importante.

“Esa noche, el Señor se le apareció a Salomón en un sueño y Dios le dijo: —¿Qué es lo que quieres? ¡Pídeme, y yo te lo daré!”, (1 Reyes 3:5, NTV)

“Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé” (1 Reyes 3:5, RV60).

1 Reyes 3:3-4
"Primero, ama al Señor"

Para poder alcanzar sabiduría y hacer lo correcto delante de Dios, primero se debe de amar a Dios y darle honra y gloria.

“Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. E iba el rey a Gabaón, porque aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar”, (1 Reyes 3:3-4, RV60).

“Salomón amaba al Señor y seguía todos los decretos de su padre David; sin embargo, él también ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los lugares de culto de la región.  El más importante de esos lugares de culto se encontraba en Gabaón; así que el rey fue allí y sacrificó mil ofrendas quemadas”, (1 Reyes 3:3-4, NTV).

Jeremías 23:25-27
"Quieren que mi pueblo me olvide"

Dios dice claramente que estos falso profetas del Antiguo Testamento, que estaban profetizando mentira, tenían como objetivo que el pueblo de Dios lo olvide y a sus mandamientos. 

 «He oído a estos profetas decir: “Escuchen el sueño que Dios me dio anoche”. Y después pasan a decir mentiras en mi nombre. ¿Hasta cuándo seguirá esto? Si son profetas, son profetas del engaño, pues inventan todo lo que dicen. Con decir estos sueños falsos, pretenden hacer que mi pueblo me olvide, tal como lo hicieron sus antepasados, al rendir culto a los ídolos de Baal”, (Jeremías 23:25-27, NTV).

“Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? ¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal?”, (Jeremías 23:25-27, RV60).

Jeremías 23:23-24
"¿Soy acaso Dios solo de cerca?"

Dios hace unas preguntas retóricas al Pueblo de Israel para recordarles su omnipresencia.

“¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?” (Jeremías 23:23-24, RV60).

“¿Soy acaso Dios solo de cerca?—dice el Señor—. No, al mismo tiempo estoy lejos. ¿Puede alguien esconderse de mí en algún lugar secreto? ¿Acaso no estoy en todas partes en los cielos y en la tierra?», dice el Señor”, (Jeremías 23:23-24, NTV)

Jeremías 23:21-22
"Yo no los envié"

Dios habla claramente a su pueblo acerca de esos malos profetas y les dice que él no lo envió. La prueba es que el pueblo de Dios no se estaba apartando de sus malos caminos.

“Yo no envié a estos profetas, sin embargo, van de un lado a otro afirmando hablar en mi nombre. No les he dado ningún mensaje, pero aun así siguen profetizando. Si hubieran estado en mi presencia y me hubieran escuchado, habrían hablado mis palabras y habrían hecho que mi pueblo se apartara de sus malos caminos y sus malas acciones”, (Jeremías 23:21-22, NTV)

“No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras”, (Jeremías 23:21-22, RV60).

Jeremías 23:19-20
"El enojo del Señor"

Jeremías menciona que realmente hay enojo en el Señor cuando su pueblo peca. Ese enojo es real. Pero también debemos de saber que ese enojo, es justo y Santo y que siempre existe también la misericordia de Dios si es que hay arrepentimiento.

“¡Miren! El enojo del Señor estalla como una tormenta, como un torbellino que se arremolina sobre la cabeza de los perversos. El enojo del Señor no disminuirá hasta que termine con todo lo que él tenía pensado. En los días futuros, ustedes entenderán todo esto con claridad”, (Jeremías 23:19-20, NTV).

“He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente”, (Jeremías 23:19-20, RV60).

Jeremías 23:18
"¿Han estado en mi presencia?"

Dios le hace una pregunta al pueblo de Israel que estaba escuchando falsos maestros,
y es una pregunta simple, ¿han estado en mi presencia? Si vas a escuchar a alguien predicar la palabra, tienes que escuchar a alguien que se preocupe por oír al Señor y estar con él.

“¿Ha estado alguno de estos profetas en la presencia del Señor para escuchar lo que en realidad dice? ¿Acaso alguno de ellos se ha interesado lo suficiente como para escuchar?”, (Jeremías 23:18, NTV).

“Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?”, (Jeremías 23:18, RV60).

Jeremías 23:16-17
"Cuidado con los falsos maestros"

Jeremías habla al pueblo de Dios y les advierte de falsos profetas que les dirán que todo está bien aún cuando desprecian la palabra de Dios. 

“Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales a su pueblo: «No escuchen a estos profetas cuando ellos les profeticen, llenándolos de esperanzas vanas. Todo lo que dicen son puros inventos.¡No hablan de parte del Señor! Siguen diciendo a los que desprecian mi palabra: “¡No se preocupen! ¡El Señor dice que ustedes tendrán paz!”.
Y a los que obstinadamente siguen sus propios deseos, los profetas les dicen: ‘¡No les sucederá nada malo!'”, (Jeremías 23:16-17, NTV).

“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros”, (Jeremías 23:16-17, RV60).

Salmo 18:35-36
"Con escudo de victoria"

David declara que Dios le ha dado un escudo de victoria, ha trazado un camino para los suyos que es suficientemente ancho para no caer.

“Me has dado tu escudo de victoria. Tu mano derecha me sostiene; tu ayuda me ha engrandecido. Has trazado un camino ancho para mis pies a fin de evitar que resbalen”, (Salmo 18:35-36, NTV).

“Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado”, (Salmo 18:35-36, RV60).

Salmo 18:32-34
"Dios me da el poder"

EL salmista sabe que Dios puede fortalecerlo para la batalla. No es que espera que Dios haga todo, él está dispuesto a pelear.

“Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce”, (Salmo 18:32-34, RV60).

“Dios me arma de fuerza y hace perfecto mi camino. Me hace andar tan seguro como un ciervo para que pueda pararme en las alturas de las montañas. Entrena mis manos para la batalla; fortalece mi brazo para tensar un arco de bronce”, (Salmo 18:32-34, NTV).

Salmo 18:30-31
"¿Quién es Dios aparte del Señor?"

David sabe que Dios es el único Dios y por eso sus promesas se van a cumplir, sus promesas son verdaderas.

“El camino de Dios es perfecto. Todas las promesas del Señor demuestran ser verdaderas. Él es escudo para todos los que buscan su protección. Pues ¿quién es Dios aparte del Señor? ¿Quién más que nuestro Dios es una roca sólida?”, (Salmo 18:30-31, NTV). 

“En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan. Porque ¿quién es Dios sino solo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?”, (Salmo 18:30-31, RV60).

Salmo 18:29
"Confiando en el poder de Dios"

El salmista muestra su confianza en Dios. Él sabe que si Dios está con él, no hay quien le pueda hacer frente, u obstáculos que lo puedan detener.

“Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro”, (Salmo 18:29, NTV).

“Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros”, (Salmo 18:29, RV60).

Salmo 18:25-26
"¿Conoces a Dios?"

Dios siempre actúa justamente y es recíproco cuando uno actúa de acuerdo a sus preceptos.

“Con los fieles te muestras fiel; a los íntegros les muestras integridad. Con los puros te muestras puro, pero te muestras astuto con los tramposos”, (Salmo 18:25-26, NTV).

“Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso”, (Salmo 18:25-26, RV60).

Deuteronomio 6:8-9
"Recuérdala siempre"

Dios quiere que su pueblo siempre tenga presente su palabra, debe de estar presente en todo lugar y en todo momento. Por eso siempre debemos de recordarla y hacer lo posible por tenerla presente.

 Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio.  Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad”, (Deut. 6:8-9, NTV).

“Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”, (Deut. 6:8-9, RV60).

Deuteronomio 6:6-7
"Cúmplelas y repítelas"

La palabra de Dios es para cumplirla, llevarla a cabo en nuestras vidas y también para enseñarlas a otros.

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;  y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”, (Deut. 6:6-7, RV60).

“Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego.  Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”, (Deut. 6:6-7, NTV).

Deuteronomio 6:4-5
"Ama al Señor con todo tu ser"

Un mensaje que todos debemos de recibir es el que Dios le da a su pueblo a través de Moisés, y es el hecho de que debemos de amar a Dios con todo nuestro ser. Amar a Dios envuelve todas las partes de nuestro ser, no solo el corazón.

“¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”, (Deut. 6:4-5, NTV).

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.  Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”, (Deut. 6:4-5, RV60).

Deuteronomio 6:3
"Obedece, y todo te saldrá bien"

Obedecer los mandamientos de Dios tiene recompensa. Dios le promete a su pueblo que si ponen por obra, es decir, si obedecen la palabra, todo les va a salir bien.

“Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres”, (Deut. 6:3, RV60).

“Escucha con atención, pueblo de Israel, y asegúrate de obedecer. Entonces todo te saldrá bien, y tendrás muchos hijos en la tierra donde fluyen la leche y la miel, tal como el Señor, Dios de tus antepasados, te lo prometió”, (Deut. 6:3, NTV).

Deuteronomio 6:2
"Teman al Señor"

Hay una razón por la cuál Dios habla al pueblo de Israel. Dios los quiere bendecir, pero para eso, tienen que tener un temor reverente delante de Dios y seguir sus mandamientos.

“Tú, tus hijos y tus nietos teman al Señor su Dios durante toda la vida. Si obedeces todos los decretos y los mandatos del Señor, disfrutarás de una larga vida”, (Deut. 6:2, NTV).

“para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados”, (Deut. 6:2, RV60).

Deuteronomio 6:1
"Para que los pongas por obra"

En estos versículos tenemos a Moises pasando al pueblo de Israel los mandatos de Dios, no con el fin de que solo los conozcan, sino con el fin de que los cumplan.

“Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla”, (Deut. 6:1, RV60).

“Esos son los mandatos, los decretos y las ordenanzas que el Señor tu Dios me encargó que te enseñara. Obedécelos cuando llegues a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer”, (Deut. 6:1, NTV).

Salmo 6:10
"Serán avergonzados"

El salmista sabe que al final, a causa de la protección de Dios, todos sus enemigos serán avergonzados. 

“Que todos mis enemigos sean deshonrados y aterrorizados; que retrocedan de golpe, avergonzados”, (Salmo 6:10, NTV).

“Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente”, (Salmo 6:10, RV60).

Salmo 6:8-9
"Jehová escuchó mi ruego"

El salmista ahora se dirige a sus enemigos y les indica que él sabe que Jehová ha escuchado sus oraciones y que va a hacer algo al respecto.

“Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro. Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración”, (Salmo 6:8-9, RV60).

“Váyanse, todos ustedes que hacen el mal, porque el Señor ha oído mi llanto. El Señor ha escuchado mi ruego; el Señor responderá a mi oración”, (Salmo 6:8-9, NTV).

Salmo 6:6-7
"Agotado de tanto llorar"

El salmista sigue abriendo su corazón delante de Dios y le dice que está agotado de llorar toda la noche, ya que hay personas, enemigos, que le quieren hacer daño.

“Estoy agotado de tanto llorar. Toda la noche inundo mi cama con llanto; la empapo con mis lágrimas. El dolor me nubla la vista; tengo los ojos gastados a causa de todos mis enemigos”, (Salmo 6:6-7, NTV).

“Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores”, (Salmo 6:6-7, RV60).

Salmo 6:4-5
"Por tu amor inagotable"

El salmista pide a Dios que lo salve de la muerte física, pero no por que él lo merezca, sino en basado en el amor inagotable de Dios.

“Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia. Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará?”, (Salmo 6:4-5, RV60).

“Vuelve, oh Señor, y rescátame; por tu amor inagotable, sálvame. Pues los muertos no se acuerdan de ti; ¿quién puede alabarte desde la tumba?”, (Salmo 6:4-5, NTV).

Salmo 6:3
"¿Hasta cuándo?"

Hay una pregunta muy directa de parte del salmista a Dios, ¿hasta cuándo? El salmista sabía que Dios podía restaurarlo, ya que él estaba muy angustiado, y tiene la confianza de abrir su corazón a Dios y preguntarle cuanto más tiene que esperar.

“Mi corazón está angustiado; ¿cuánto falta, oh Señor, para que me restaures?” (Salmo 6:3, NTV).

“Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?”, (Salmo 6:3, RV60).

Salmo 6:1-2
"Ten misericordia de mi"

El salmista sabe que la reprensión de Dios puede ser dura, pero también reconoce que Dios puede ser misericordioso y apela a esa misericordia.

“Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen”, (Salmo 6:1-2, RV60).

“Oh Señor, no me reprendas en tu enojo ni me disciplines en tu ira. Ten compasión de mí, Señor, porque soy débil; sáname, Señor, porque mis huesos agonizan”, (Salmo 6:1-2, NTV).