Diciembre - 2022
Especial de año nuevo 6,
Josué 24:24-28
“Entonces los israelitas le dijeron a Josué: —Serviremos al Señor nuestro Dios. Lo obedeceremos solo a él. Entonces, ese día en Siquem, Josué hizo un pacto con ellos, el cual los comprometía a seguir los decretos y las ordenanzas del Señor. Josué escribió todas esas cosas en el libro de instrucción de Dios. Como recordatorio del acuerdo, tomó una piedra enorme y la llevó rodando hasta debajo del árbol de terebinto que estaba junto al tabernáculo del Señor. Josué le dijo a todo el pueblo: —Esta piedra escuchó todo lo que el Señor nos dijo. Será un testigo en contra de ustedes si no cumplen lo que le prometieron a Dios. Después Josué mandó que todo israelita regresara a su tierra, cada uno a su hogar,” (Josué 24:24-28, NTV).
Especial de año nuevo 5,
Josué 24:21-23
“ Pero los israelitas respondieron a Josué: —¡Eso no! Nosotros serviremos al Señor.
—Ustedes son testigos de su propia decisión—les dijo Josué—. Hoy han elegido servir al Señor. —Claro que sí—respondieron—, somos testigos de lo que dijimos. —Muy bien—dijo Josué—, entonces destruyan los ídolos que tienen entre ustedes y entréguenle el corazón al Señor, Dios de Israel”, (Josué 24:21-23, NTV).
Especial de año nuevo 4,
Josué 24:19-20
“Entonces Josué advirtió a los israelitas:
—Ustedes no son capaces de servir al Señor, porque él es Dios santo y celoso. No les perdonará su rebelión ni sus pecados. Si abandonan al Señor y sirven a otros dioses, él se pondrá en contra de ustedes y los destruirá, aunque les haya hecho tanto bien en el pasado,” (Josué 24:19-20, NTV).
Especial de año nuevo 3,
Josué 24:16-18
“El pueblo respondió: —Nosotros jamás abandonaríamos al Señor ni serviríamos a otros dioses. Pues el Señor nuestro Dios es el que nos rescató a nosotros y a nuestros antepasados de la esclavitud en la tierra de Egipto. Él hizo milagros poderosos ante nuestros propios ojos. Cuando andábamos por el desierto, rodeados de enemigos, él nos protegió. Fue el Señor quien expulsó a los amorreos y a las otras naciones que vivían aquí, en esta tierra. Por lo tanto, nosotros también serviremos al Señor, porque solo él es nuestro Dios”, (Josué 24:16-18, NTV).
Especial de año nuevo 2,
Josué 24:14-15
“Por lo tanto, teme al Señor y sírvelo con todo el corazón. Echa fuera para siempre los ídolos que tus antepasados adoraron cuando vivían del otro lado del río Éufrates y en Egipto. Sirve únicamente al Señor. Pero si te niegas a servir al Señor, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor”, (Josué 24:14-15, NTV).
Especial de año nuevo 1,
Josué 24:11-13
“Cuando cruzaste el río Jordán y llegaste a Jericó, los hombres de Jericó pelearon contra ti, como lo hicieron los amorreos, los ferezeos, los cananeos, los hititas, los gergeseos, los heveos y los jebuseos. Pero yo te di la victoria sobre ellos. Y envié terror[c] antes de que llegaras, para expulsar a los dos reyes amorreos. No fueron tus espadas ni tus arcos los que te dieron la victoria. Yo te di tierra que no habías trabajado y ciudades que no construiste, en las cuales vives ahora. Te di viñedos y huertos de olivos como alimento, aunque tú no los plantaste”, (Josué 24:11-13, NTV).
Especial Navideño 6
Mateo 2:1-12
“Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, he aquí, unos magos del oriente llegaron a Jerusalén, diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle. Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo. Y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: «Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un Gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel».Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del tiempo en que había aparecido la estrella. Y enviándolos a Belén, dijo: Id y buscad c on diligencia al Niño; y cuando le encontréis, avisadme para que yo también vaya y le adore. Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. Cuando vieron la estrella, se regocijaron sobremanera con gran alegría. Y entrando en la casa, vieron al Niño con su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra. Y habiendo sido advertidos por Dios en sueños que no volvieran a Herodes, partieron para su tierra por otro camino” (Mateo 2:1-12, LBLA).
Especial Navideño 5
Lucas 2:8-20
“Esa noche había unos pastores en los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas. De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados, pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David! Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán a un niño envuelto en tiras de tela, acostado en un pesebre». De pronto, se unió a ese ángel una inmensa multitud—los ejércitos celestiales—que alababan a Dios y decían: «Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace». Cuando los ángeles regresaron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «¡Vayamos a Belén! Veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos anunció». Fueron de prisa a la aldea y encontraron a María y a José. Y allí estaba el niño, acostado en el pesebre. Después de verlo, los pastores contaron a todos lo que había sucedido y lo que el ángel les había dicho acerca del niño. Todos los que escucharon el relato de los pastores quedaron asombrados, pero María guardaba todas estas cosas en el corazón y pensaba en ellas con frecuencia. Los pastores regresaron a sus rebaños, glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído. Todo sucedió tal como el ángel les había dicho”, (Lucas 2:8-20, NTV).
Especial Navideño 4
Lucas 2:1-7
“En esos días, Augusto, el emperador de Roma, decretó que se hiciera un censo en todo el Imperio romano. (Este fue el primer censo que se hizo cuando Cirenio era gobernador de Siria). Todos regresaron a los pueblos de sus antepasados a fin de inscribirse para el censo. Como José era descendiente del rey David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia allí desde la aldea de Nazaret de Galilea. Llevó consigo a María, su prometida, quien estaba embarazada. Mientras estaban allí, llegó el momento para que naciera el bebé. María dio a luz a su primer hijo varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos”, (Lucas 2:1-7, NTV).
Especial Navideño 3
Mateo 1:18-25
“Este es el relato de cómo nació Jesús el Mesías. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que la boda se realizara, mientras todavía era virgen, quedó embarazada mediante el poder del Espíritu Santo. José, su prometido, era un hombre justo y no quiso avergonzarla en público; por lo tanto, decidió romper el compromiso en privado. Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. «José, hijo de David—le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo. Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta:
«¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel,
que significa “Dios está con nosotros”».
Cuando José despertó, hizo como el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María por esposa, pero no tuvo relaciones sexuales con ella hasta que nació su hijo; y José le puso por nombre Jesús,” (Mateo 1:18-25, NTV).
Especial Navideño 2
Lucas 1:26-38
“Cuando Elisabet estaba en su sexto mes de embarazo, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!». Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir. —No tengas miedo, María—le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel[c] para siempre; ¡su reino no tendrá fin! —¿Pero cómo podrá suceder esto?—le preguntó María al ángel—. Soy virgen.
El ángel le contestó:
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios. Además, tu parienta Elisabet, ¡quedó embarazada en su vejez! Antes la gente decía que ella era estéril, pero ha concebido un hijo y ya está en su sexto mes de embarazo. Pues la palabra de Dios nunca dejará de cumplirse.
María respondió:
—Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí.
Y el ángel la dejó.
Especial Navideño 1
Isaias 7:14
Hay que entender el propósito y origen de la Navidad, para poder celebrarla adecuadamente.
“ Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”)”, (Isa. 7:14).
1 Tesalonicenses 2:11-12
“Alentando a la familia de la fe”
Pablo, Silas y Timoteo trataron muy bien a los Tesalonicenses mientras los ministraban. Los trataron como a familia, no como un proyecto misionero.
“Y saben que tratamos a cada uno como un padre trata a sus propios hijos. Les rogamos, los alentamos y les insistimos que lleven una vida que Dios considere digna. Pues él los llamó para que tengan parte en su reino y gloria”, (1 Tes. 2:11-12, NTV).
1 Tesalonicenses 2:9-10
"Sin abusar del ministerio"
Pablo, Silas y Timoteo les recuerdan a los Tesalonicenses que ellos no abusaron de ellos mientras estaban entre ellos compartiendoles el evangelio. Todo lo contrario, Pablo, Silas y Timoteo más bien trabajaron para proveer sus necesidades, pues todavía no existía una iglesia a través de la cual Dios proveyera para estos siervos.
“¿Acaso no se acuerdan, amados hermanos, cuánto trabajamos entre ustedes? Día y noche nos esforzamos por ganarnos la vida, a fin de no ser una carga para ninguno de ustedes mientras les predicábamos la Buena Noticia de Dios. Ustedes mismos son nuestros testigos—al igual que Dios—de que fuimos consagrados, sinceros e intachables con todos ustedes, los creyentes”, (1 Tes. 2:9-10, NTV).
1 Tesalonicenses 2:7-8
"No abusando de su autoridad"
Pablo, Silas y Timoteo nunca abusaron de su autoridad como apóstoles, ni la usaron para obtener privilegios. Más bien, lo que ellos hicieron fue, no solo entregar el evangelio a los Tesalonicenses, sino también compartir sus vidas con ellos.
“Como apóstoles de Cristo, sin duda teníamos el derecho de hacerles ciertas exigencias; sin embargo, fuimos como niños entre ustedes. O bien, fuimos como una madre que alimenta y cuida a sus propios hijos. Los amamos tanto que no solo les presentamos la Buena Noticia de Dios, sino que también les abrimos nuestra propia vida” (1 Tes. 2:7-8, NTV).
1 Tesalonicenses 2:5-6
"Ni fama, ni fortuna"
EN el ministerio no se deben de hacer las cosas por adquirir fama o fortuna. Pablo aclara a los Tesalonicenses que al acercarse a ellos, nunca buscó ningún beneficio personal, ni fama, ni fortuna.
“Como bien saben, ni una sola vez tratamos de ganarlos adulándolos. ¡Y Dios es nuestro testigo de que nunca aparentamos ser amigos de ustedes con el fin de sacarles dinero! En cuanto a elogios humanos, nunca los hemos buscado ni de ustedes ni de nadie”, (1 Tes. 2:5-6, NTV).
1 Tesalonicenses 2:3-4
"Predicando fielmente el Evangelio de Dios"
Evangelio significa “buenas nuevas” o “buenas noticias”, y es dado por Dios para salvación de aquellos que han de creer. Debemos de ser fieles al predicarlo, así como Pablo, Silas y Timoteo lo fueron al predicarlo a los Tesalonicenses.
“Como ven, no predicamos con engaño ni con intenciones impuras o artimañas. Pues hablamos como mensajeros aprobados por Dios, a quienes se les confió la Buena Noticia. Nuestro propósito es agradar a Dios, no a las personas. Solamente él examina las intenciones de nuestro corazón”, (1 Tesalonicenses 2:3-4, NTV).
1 Tesalonicenses 2:1-2
"Hay que seguir compartiendo el Evangelio"
Hay ocasiones en que al compartir el Evangelio somos rechazados. En otras ocasiones nos podemos meter en problemas. Pero debemos de saber que aún Pablo, Silas y Timoteo fueron rechazados al compartir el Evangelio y aún así continuaron haciéndolo, pues Dios les dio el valor necesario.
“Ustedes bien saben, amados hermanos, que la visita que les hicimos no fue un fracaso. Saben lo mal que nos trataron en Filipos y cuánto sufrimos allí justo antes de verlos a ustedes. Aun así, nuestro Dios nos dio el valor de anunciarles la Buena Noticia con valentía, a pesar de gran oposición”, (1 Tes. 2:1-2, NTV).
1 Tesalonicenses 1:4-7-9
"Un testimonio real y poderoso"
Los Tesalonicenses recibieron el mensaje del evangelio con poder. Este mensaje transformó sus vidas y cumplieron los propósitos de Dios, dándole gloria a Dios y siendo de ánimo a los creyentes y de testimonio a los no creyentes.
“Como resultado, han llegado a ser un ejemplo para todos los creyentes de Grecia, es decir, por toda Macedonia y Acaya. Y ahora, la palabra del Señor está siendo anunciada, partiendo de ustedes a gente de todas partes, aun más allá de Macedonia y Acaya, pues adondequiera que vamos, encontramos personas que nos hablan de la fe que ustedes tienen en Dios. No hace falta que se la mencionemos, pues no dejan de hablar de la maravillosa bienvenida que ustedes nos dieron y de cómo se apartaron de los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero”, (1 Tes. 1:7-9, NTV).
1 Tesalonicenses 1:4-6
"El sufrimiento no queda eliminado"
Hay ocasiones en que se ha predicado un evangelio que incluye la eliminación de todo el sufrimiento. La verdad es que aunque Dios nos libre de mucho sufrimiento causado por el pecado, no elimina todo el sufrimiento. Muchos cristianos sufren a causa de seguir la voluntad de Dios, así como sufrió Cristo y los primeros creyentes.
“Así que recibieron el mensaje con la alegría del Espíritu Santo, a pesar del gran sufrimiento que les trajo. De este modo nos imitaron a nosotros y también al Señor”, (1 Tes. 1:6, NTV).
1 Tesalonicenses 1:4-5
"La convicción de ser salvos"
Pablo habla de cómo él, Silvano y Timoteo, están seguros de la salvación de los Tesalonicenses. Les recuerda del amor de Dios y de la obra de convicción del Espíritu Santo que les permitió entender el mensaje del evangelio.
“Sabemos, amados hermanos, que Dios los ama y los ha elegido para que sean su pueblo. Pues, cuando les llevamos la Buena Noticia, no fue solo con palabras sino también con poder, porque el Espíritu Santo les dio plena certeza de que lo que decíamos era verdad. Y ya saben de nuestra preocupación por ustedes por la forma en que nos comportamos entre ustedes”, (1 Tes. 1:4-5, NTV).
1 Tesalonicenses 1:2-3
“Gracias a Dios por estos hermanos”
Es bueno tomar ejemplo de los motivos de oración de Pablo y del hecho que también oraba para dar gracias. En esta carta él da gracias a Dios por los hermanos de Tesalónica y por algunas de sus actitudes.
“Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes y continuamente los tenemos presentes en nuestras oraciones. Al orar a nuestro Dios y Padre por ustedes, pensamos en el fiel trabajo que hacen, las acciones de amor que realizan y la constante esperanza que tienen a causa de nuestro Señor Jesucristo,” (1 Tes. 1:2-3, NTV).
1 Tesalonicenses 1:1
“Le pertenecemos a Cristo”
Hay personas que piensan que pueden hacer lo que quieran con sus cuerpos y sus vidas. Su razonamiento es que estos les pertenecen. ¿Pero que dice la Biblia sobre esto?
“Nosotros, Pablo, Silas y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Que Dios les dé gracia y paz”, (1 Tes. 1:1, NTV).
Jonás 4:10-11
"Debemos de adoptar los valores de Dios"
A veces nosotros valoramos ciertas cosas que no necesariamente Dios valora, o que no valora tanto como nosotros. Especialmente debemos de adoptar los valores de Dios y hacer una buena distinción y amar como Dios ama, especialmente a las personas.
“Entonces el Señor le respondió: —Sientes lástima por una planta, aunque tú no hiciste nada para que creciera. Creció rápido y murió rápido. Pero Nínive tiene más de ciento veinte mil habitantes que viven en oscuridad espiritual, sin mencionar todos los animales. ¿No debería yo sentir lástima por esta gran ciudad?” (Jonás 4:10-11, NTV).
Jonás 4:8-9
"¿Qué haces cuando llueve sobre mojado?"
Hay ocasiones en que ocurren cosas “malas” y después, en vez de componerse pareciera que se ponen peor, nos “llueve sobre mojado”. Lo importante es ver como reaccionamos en esos tiempos, ¿nos sentimos morir o confiamos en Dios?
“Así que cuando el sol se intensificó, Dios proveyó un viento abrasador del oriente para que soplara sobre Jonás. El sol pegó sobre su cabeza hasta que se sintió tan débil que deseaba morirse y exclamó: «¡Es mejor morir que vivir así!». Entonces Dios dijo a Jonás: —¿Te parece bien enojarte porque la planta murió? —¡Sí—replicó Jonás—, estoy tan enojado que quisiera morirme!” (Jonás 4:8-9, NTV).
Jonás 4:6-7
"Jehová provee y quita"
Jonás había salido de la ciudad y Dios le proveyó de una planta frondosa para ayudarle a mitigar el calor del sol y Jonás estaba muy contento con la planta. Sin embargo, Dios también manda a un gusano a matar la planta. ¿Cómo reaccionas cuando Dios te algo da y luego te lo quita?
“ Ahora bien, el Señor Dios proveyó que una planta frondosa creciera allí y pronto extendió sus anchas hojas sobre la cabeza de Jonás y lo protegió del sol. Esto le trajo alivio y Jonás estuvo muy agradecido por la planta. ¡Pero Dios también proveyó un gusano! Al amanecer del día siguiente, el gusano se comió el tallo de la planta, de modo que se marchitó”, (Jonás 4:6-7, NTV).